domingo, 13 de diciembre de 2009

ÉTICA, ESTÉTICA


En un mundo extraño, como este mundo, suceden cosas extrañas. Hace unos días, por ejemplo, un espectador denunció a un músico de jazz por no tocar jazz. Al menos, esta es la conclusión a la que llegó el citado espectador ante la música de Larry Ochs y su grupo, Rova Quartet, en el transcurso de su concierto en el V Festival de Jazz de Sigüenza. El espectador, indignado, justificó su actitud alegando que la música del saxofonista no era jazz sino “música contemporánea”, genero que el denunciante tiene “contraindicado psicológicamente”. No es broma. Para complicar aún más las cosas, uno de los dos números de la Guardia Civil, que se presentaron en el concierto, llegó a una conclusión coincidente con la del denunciante. Y, claro, Larry Ochs no salía de su asombro. “Yo creía haberlo visto todo –declaró Larry-, pero es obvio que estaba equivocado”. Jazz, o “música contemporánea”, la cuestión es un ejemplo más de las complejas discusiones sobre las distintas opciones estéticas (y éticas). Porque imagino que Larry estará convencido de que hace bien su trabajo, de que toca buen jazz, de que es bueno en lo suyo. Y que el denunciante, por su parte, estará convencido de que obró correctamente, de que hizo lo que debía, de que su opción era la buena. Ambas perspectivas, como en la descripción de Wittgenstein, en la Investigaciones Filosóficas, se superponen y dejan una imagen paradójica y borrosa. “Y si aún llevamos más lejos la comparación –escribió Wittgenstein-, está claro que el grado en el que la figura nítida puede asemejarse a la borrosa depende del grado de borrosidad de la segunda: Pues imagínate que debes dibujar una figura nítida correspondiente a una borrosa. En esta hay un rectángulo rojo difuso; tú pones en su lugar uno nítido. Ciertamente se pueden trazar muchos de esos rectángulos nítidos que corresponden a los difusos. -Pero si en el original los colores se entremezclan sin indicio alguno de su límite -¿no se convertirá en una tarea desesperada trazar una figura nítida que corresponda a la confusa? ¿No tendrás entonces que decir: Aquí yo podría igualmente bien haber trazado un círculo que un rectángulo o una forma de corazón; pues todos los colores se entremezclan. Vale todo y vale nada. -Y en esta posición se encuentra, por ejemplo, quien en ética o en estética busca definiciones que correspondan a nuestros conceptos. Pregúntate siempre ante esta dificultad: ¿Cómo hemos aprendido el significado de esta palabra (‘bueno’, por ejemplo)? ¿A partir de qué ejemplos; en qué juegos de lenguaje? Verás entonces fácilmente que la palabra ha de tener una familia de significados”. Y es que, en un mundo extraño, como este mundo, suceden cosas muy extrañas.

domingo, 6 de diciembre de 2009

M.


“Hay una mariposa Monarca muerta en la acera de Ozona. La brisa se la lleva de acá para allá. Durante todo el día han estado estrellándose contra mi parabrisas, dejando salpicaduras rosadas y doradas en el cristal. He visto a una de ellas que caía a plomo desde el cielo y chocaba contra el asfalto de la Highway 10 East. Debe de ser la época del año en la que tienen que morir”.

Sam Shepard
Crónicas de motel

jueves, 3 de diciembre de 2009

WILCO


Algunos calambres mentales son provocados por los cambios climáticos o por los excesos de la topografía. Es el medio ambiente, que se rebela, pero también el eterno retorno de lo mismo: el riesgo de las interpretaciones, el miedo a las repeticiones, el sabor de los cigarrillos. El frío crepuscular ahoga a un pájaro ciego mientras contemplas, absorto, el arte incomprensible de las manos en los bolsillos, de las viejas autopistas, y de los callejones infinitos. Y el abandono de las palabras sin sentido, que no se corresponden con la vida, te hace buscar en un espejo roto o en un cajón vacío. Cuando la conversación es privada todo se vuelve más difícil. Humildemente, no tengo nada que decir al respecto, aunque esto es lo que escucho, esto es lo que hago, esto es lo que pienso. Ahora, el silencio deja paso a la maquinaria del ruido (un excelente título). Y a Jeff Tweedy, en ocasiones, le duele la cabeza. “A algunos –escribió Wittgenstein- la música les parece un arte primitivo por sus pocos tonos y ritmos. Pero sólo su superficie es sencilla, en tanto que el cuerpo que posibilita la interpretación de ese contenido manifiesto posee toda la complejidad infinita que se nos indica en lo externo de las otras artes y que la música calla. En cierto sentido es la más refinada de todas las artes”. Y también: “Entender una oración del lenguaje se parece mucho más de lo que se cree a entender un tema en música. Pero con ello quiero decir lo siguiente: que entender una oración lingüística se acerca más de lo que se cree a lo que usualmente se llama entender un tema musical. ¿Por qué tienen que desarrollarse justamente de esta manera la intensidad y el ritmo? Quisiéramos decir: ‘Porque sé lo que significa todo esto’. ¿Pero qué significa? No sabría decirlo. Para explicarlo podría compararlo con otra cosa que tuviera el mismo ritmo (quiero decir, el mismo desarrollo). (Decimos: ‘¿No ves? Es como si sacáramos una conclusión’, o bien: ‘Esto es como un paréntesis’, etc. ¿Cómo se justifican tales comparaciones? –Hay justificaciones de muy diversos tipos.)”. La lógica o la magia de la música. La lógica o la magia de la música según Tweedy: “Sencillamente, no la entiendo. He interiorizado muchos conocimientos, pero eso no significa que la entienda por completo. Y la parte que no entiendo es, seguramente, la más importante. Es ésa sobre la cual lo único que podemos hacer es guardar silencio. Ésa es justamente la razón por la que la música existe: no podemos explicarla con palabras”.