
En un mundo extraño, como este mundo, suceden cosas extrañas. Hace unos días, por ejemplo, un espectador denunció a un músico de jazz por no tocar jazz. Al menos, esta es la conclusión a la que llegó el citado espectador ante la música de Larry Ochs y su grupo, Rova Quartet, en el transcurso de su concierto en el V Festival de Jazz de Sigüenza. El espectador, indignado, justificó su actitud alegando que la música del saxofonista no era jazz sino “música contemporánea”, genero que el denunciante tiene “contraindicado psicológicamente”. No es broma. Para complicar aún más las cosas, uno de los dos números de la Guardia Civil, que se presentaron en el concierto, llegó a una conclusión coincidente con la del denunciante. Y, claro, Larry Ochs no salía de su asombro. “Yo creía haberlo visto todo –declaró Larry-, pero es obvio que estaba equivocado”. Jazz, o “música contemporánea”, la cuestión es un ejemplo más de las complejas discusiones sobre las distintas opciones estéticas (y éticas). Porque imagino que Larry estará convencido de que hace bien su trabajo, de que toca buen jazz, de que es bueno en lo suyo. Y que el denunciante, por su parte, estará convencido de que obró correctamente, de que hizo lo que debía, de que su opción era la buena. Ambas perspectivas, como en la descripción de Wittgenstein, en la Investigaciones Filosóficas, se superponen y dejan una imagen paradójica y borrosa. “Y si aún llevamos más lejos la comparación –escribió Wittgenstein-, está claro que el grado en el que la figura nítida puede asemejarse a la borrosa depende del grado de borrosidad de la segunda: Pues imagínate que debes dibujar una figura nítida correspondiente a una borrosa. En esta hay un rectángulo rojo difuso; tú pones en su lugar uno nítido. Ciertamente se pueden trazar muchos de esos rectángulos nítidos que corresponden a los difusos. -Pero si en el original los colores se entremezclan sin indicio alguno de su límite -¿no se convertirá en una tarea desesperada trazar una figura nítida que corresponda a la confusa? ¿No tendrás entonces que decir: Aquí yo podría igualmente bien haber trazado un círculo que un rectángulo o una forma de corazón; pues todos los colores se entremezclan. Vale todo y vale nada. -Y en esta posición se encuentra, por ejemplo, quien en ética o en estética busca definiciones que correspondan a nuestros conceptos. Pregúntate siempre ante esta dificultad: ¿Cómo hemos aprendido el significado de esta palabra (‘bueno’, por ejemplo)? ¿A partir de qué ejemplos; en qué juegos de lenguaje? Verás entonces fácilmente que la palabra ha de tener una familia de significados”. Y es que, en un mundo extraño, como este mundo, suceden cosas muy extrañas.