Las palabras van y vienen, circulan por la autopista, tejiendo y destejiendo posibilidades de sentido. Ella me pregunta que cómo la imagino, y a mí se me revela una palabra que figura entre los versos y las sombras de un libro de un excelente poeta. Fervor, le digo; lo que equivale a decir: Entusiasmo, Pasión, Calor, Llama, Intensidad, Exaltación, Impulso, Desenfreno, Apasionamiento, Excitación, Arrebato, Furia, Frenesí, Delirio, Locura. Para cerrar el círculo, para cubrir con un manto toda la impaciencia acumulada, yo añado: Sensibilidad; Sensualidad; Inteligencia. Y una vez cerrado el círculo, abrazada la locura con las manos y los sueños de los locos, me detengo ante la voz de esa corriente que envuelve los espacios invisibles, me embeleso ante los signos y los gestos que simbolizan y alientan. Los dos estamos jugando al juego de las palabras; es un combate de esgrima: intentaremos tocarnos con un arma blanca; pero también estamos justificando un acuerdo. “Las palabras más simples, –no sabemos lo que significan excepto cuando amamos y aspiramos”, escribió Ralph Waldo Emerson en su ensayo Círculos. Y Stanley Cavell añade: “Cualesquiera que sean los estados que estas palabras pretendan designar, esta observación no dice que dichos estados sean efectos de las palabras sino más bien lo opuesto: que ellos son sus causas, o, mejor, condiciones de la compresión de las palabras. Aunque no sea algo sin precedentes que un filósofo nos diga que las palabras que empleamos cada día son imprecisas y provocan ilusiones, no es usual, ni siquiera normal, en filosofía, decir que el acceso a su significado pasa por un cambio del corazón”. Porque lo más importante, ahora, no es qué significan las palabras que yo he utilizado para crear una imagen, sino desde dónde nacen las palabras que hacen posible esta imagen. Y para entender todo esto, para intentar explicarme a mí mismo, y describir lo que siento, yo sólo puedo recurrir a estas palabras. Palabras que nacen del corazón, del sentimiento, forjadas por el aliento de una violencia encantada. Palabras que nacen desde el deseo, arrancadas al vacío, y que se muestran desnudas en la dulce intuición de una promesa.
domingo, 24 de agosto de 2008
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5 comentarios:
"Palabras que nacen desde el deseo, arrancadas al vacío, y que se muestran desnudas en la dulce intuición de una promesa."
La perfección del texto deja anonadado al autor y al lector. Qué se puede agregar? que la palabra sea hablada, actuada, desandada, estremecida entre los contrincantes que con sus movimientos sutiles de acercamiento y acecho, se buscan y encuentran, para herir, definitivamente, y de muerte, el espacio que los separa.
Y que así sea.
A veces la esperanza esta en el espacio entre las palabras..
Y, a veces, en las palabras mismas. También en el vacío de las palabras. En lo que acontece antes de ellas, en el silencio. Y en lo queda tras ellas. "Esperanza" es una palabra que puede tener su historia. Como otras palabras. Y aquí seguimos, gracias a las palabras. Un saludo, "anónimo".
La esperanza esta en que de las palabras que vienen del vacio al mismo tiempo contienen la promesa de algo importante.
Me encanta tu blog ,Gracias
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